sábado, 30 de julio de 2011

A la deriva



       No hay océano donde el dolor se pueda ahogar, tampoco hay dolor cuya huella descanse con mi sombra en la arena y en la soledad. No hay dolor en realidad...  es sólo un recuerdo a la deriva, una efervescente intuición en la isla de la experiencia, un mensaje perdido en la tranquilidad del mar. 

No hay comentarios: